Correr es mucho más que un deporte: es un diálogo contigo mismo, un momento de desconexión del ruido externo y de reconexión con tu cuerpo y tu mente. Sin embargo, si nunca has corrido o lo dejaste hace tiempo, es normal que aparezcan las dudas: ¿por dónde empiezo?, ¿cuánto debo correr?, ¿me voy a cansar muy rápido?.
La buena noticia es que todos los corredores, incluso los más experimentados, empezaron con un primer paso. Aquí te comparto una guía práctica para que ese inicio sea seguro, progresivo y, sobre todo, disfrutable.
1. Empieza con metas pequeñas y realistas
El error más común es querer correr 5 km el primer día. Eso solo lleva a lesiones y frustración. Lo ideal es alternar caminar y trotar: por ejemplo, 1 minuto de trote y 2 minutos caminando, repitiendo durante 20 minutos. Con el tiempo, irás reduciendo las caminatas hasta correr de forma continua.
Consejo: lleva un registro de tus progresos. Ver cómo avanzas semana a semana es una motivación enorme.
2. Escoge el calzado adecuado
Tus pies serán tu motor. Unas zapatillas inadecuadas pueden provocar lesiones en rodillas, tobillos y espalda. Busca unas diseñadas para running, que se ajusten bien y tengan buena amortiguación.
Tip pro: ve a una tienda especializada donde analicen tu pisada.
3. Calienta antes, estira después
Un calentamiento de 5 a 10 minutos (caminar rápido, movilidad articular) prepara tus músculos y articulaciones. Al terminar, dedica unos minutos a estiramientos suaves para evitar rigidez y mejorar tu recuperación.
4. Escucha a tu cuerpo
Es normal sentir un poco de cansancio o agujetas, pero no es normal sentir dolor intenso. Aprende a diferenciar entre el esfuerzo saludable y una señal de alerta. Si tu cuerpo pide descanso, dáselo.
5. Hazlo divertido
La música puede ser tu mejor aliada. Crea una playlist motivadora, corre con amigos o únete a un club local. Si lo disfrutas, lo mantendrás en el tiempo.
6. Celebra cada logro
Correr 1 km sin parar es un logro. Subir tu resistencia, mejorar tu tiempo o simplemente salir a entrenar un día en que no tenías ganas… todo cuenta.
Correr no se trata solo de llegar a la meta, sino de descubrir de lo que eres capaz paso a paso. No importa si hoy empiezas caminando: lo importante es que empezaste.